La comida, un bien público

-Estos territorios de práctica es donde se genera el cambio social
y es importante entenderlos.-

Actualmente es imposible comer sólo. Porque detrás de cada alimento que saboreamos, existen historias de alianzas con quienes cocinaron, cultivaron, transportaron o vendieron la comida. Sin embargo, uno de los principales problemas es el anonimato de estas relaciones ya que en su mayoría no sabemos o no queremos ver quiénes, cómo, ni dónde fueron cultivados nuestros alimentos.

¿Qué pasaría si se reconectan estas alianzas? ¿Es posible ejercer la democracia directa a través del buen comer?

Este fue uno de los argumentos que se reflexionó en el conversatorio “¿La comida como un bien público? Autonomía, ciudadanía y democracia en riesgo en Ecuador” realizado el pasado 22 de junio en el Hemiciclo de la FLACSO en Quito. Este espacio fue abierto en el marco de la presentación del libro “Food, Agriculture and social change: The Everyday vitality of Latin America” (Agricultura, la comida y el cambio social: la vitalidad diaria de América latina) que describe.

En esta investigación “Queremos enfocar la distancia entre políticas publicas y las realidades de la gente como en leyes de tierra, agua y la reciente aprobada ley de semillas” señaló Myriam Paredes académica de FLACSO e investigadora de esta recopilación donde se describen 14 casos en 7 países de América latina. “Creatividad, alianzas, capacidad de gente de crear espacios es lo que queremos contar en este libro” recalcó Stephen Sherwood coordinador de la recopilación.

El libro esta en inglés pero la revista Iconos sacó un resumen del mismo (LEER AQUÍ).

alimento y salud cotidianos

¿Cuáles son los actos prácticos que realizan las familias campesinas para garantizar salud? Se cuestionó la antropóloga Carla Guerrón-Montero, profesora, investigadora de la Universidad de Delaware, EEUU, quien como parte de esta investigación, expuso algunos resultados del trabajo etnográfico de campo que realizó con 181 familias en 3 comunidades. Se efectuaron encuestas de diversidad de dieta con 148 niños, así como el acompañamiento en familias documentando sus formas de alimentación. Entre los resultados señaló que “la relación con las prácticas antiguas existen de diversas formas en la vida cotidiana. Se tienen visiones negativas y positivas de ciertos alimentos tradicionales así como de otros que fueron ingresando”. Como cierre de reflexión la antropóloga abrió la pregunta al público ¿Qué forma atraviesa la práctica académica al campo del activismo y la política?

La solución dentro de nosotros

“El sistema nos entrena a buscar la solución afuera: la salud, la comida, los insumos en agricultura, los que tienen información agronómica, análisis de suelo” señaló el Dr. Pacho Gangotena, productor agroecólogo y antropólogo en sus primeros haceres de vida. Para este “practicante indignado” el libro es un punto de quiebre que susurra: el problema no esta afuera sino dentro de nosotros mismos. Se trata de un problema que atañe a quienes comemos todos los días.

El libro documenta la práctica de experiencias de cambio social en América Latina. “Nos reunimos con 24 activistas de la región en los países para situar los estudios en experiencias diarias. Meternos dentro de los colectivos, movimientos, mercados, espacios de acción para observar lo que hay, no lo que quisiéramos que exista sino lo que encontramos de verdad. Es una exploración de territorios que no solo se define geográficamente sino como espacio de practica. Una construcción y constitución de operaciones que genera ciertos efectos” acotó.

Los autores de cada capítulo abordan la naturaleza del cambio, en la cotidianidad por ejemplo, de un festival de chili, la escases como animo creativo, luchas afectivas, experiencias de agencias emergentes de redes agroecológicas, fincas biointensivas que transforma la vida de consumidores pasivos a transformadores sociales. Con estas experiencias “se borran las fronteras culturales, raciales, de clase, y las alianzas en este momento se modifican”.

Para solicitar el libro solicítalo aquí o escribe a info@quericoes.org

Texto: Eliana Estrella y Karenina Casarín
Foto: Janneke Bruil y Eli Estrella