Inicia investigación sobre consumo responsable. Buscamos ejemplos y alternativas que favorecen el ‘buen comer’

En un contexto mundial donde existe un aumento alarmante de enfermedades no transmisibles, en particular el sobrepeso y la obesidad, ¿cómo es que algunas familias logran comer bien, generar salud, fortalecer las economías locales, cuidar el ambiente? Frente a estas situación, un grupo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Ecuador, las Universidades de Toronto y de Montreal en Canadá y Wageningen University en los Países Bajos, plantean una serie de preguntas:

¿Cómo es que las familias generen prácticas de consumo responsable? ¿Qué impacto tienen estas prácticas en la calidad de sus dietas, en sus economías y en sus vecindarios? ¿Qué pasa con las dietas tradicionales andinas?

En Ecuador, las enfermedades asociadas con el sobrepeso y la obesidad adquieren rasgos particulares: persistencia de la desnutrición junto con la sobre nutrición y malnutrición. A pesar de este contexto, existen personas que buscan un buen comer. Para el investigador Stephen Sherwood, de EkoRural y la Universidad de Wageningen, enfocarse en el problema no siempre te lleva a una solución. El camino hacia la enfermedad es muy distinto del camino que te lleva a la salud. Como resultado, es importante estudiar sus soluciones es decir, las prácticas que hacen aquellos consumidores responsables y las relaciones que se recrean cotidianamente alrededor del buen comer.

Para Myriam Paredes, profesora investigadora de FLACSO, el consumo responsable de alimentos tiene que ver con el cuerpo, con la comunidad y con el ambiente. Una buena dieta previene y evita enfermedades crónicas no transmisibles como hipertensión, diabetes tipo II, enfermedades cardíacas. También busca crear relaciones y redes entre personas que promueven modos de producción y consumo de alimentos libres de agrotóxicos. Además, una buena dieta no solo alimenta al cuerpo de las personas, sino las economías locales y las relaciones entre los vecinos.

Equipos de encuestadores y etnógrafos han comenzado a recolectar la información. Visitan hogares, ferias, tiendas, cafeterías y restaurantes. Pesan, miden e invitan a las personas a participar voluntariamente de este estudio. Mercedes Zambrano, coordinadora del equipo encuestador en Riobamba dice, “Hemos tenido una aceptación de un 75%. A la gente le interesa conocer sobre su salud y como mejorarla o conservarla, es así como llegamos a lo hogares.”

El estudio es coordinado por la Fundación Ekorural y se realiza en Quito, Riobamba e Ibarra. Los resultados finales de la investigación serán devueltos en foros, conferencias y en esta página, con la esperanza de poder fortalecer las políticas públicas.

Si tienes interés en participar y conocer más sobre este estudio, escribenos a info@quericoes.org